jueves, 26 de abril de 2012

Meditación para alcanzar la alegría


  • Bienaventurados los que saben reírse de sí mismos porque nunca acabarán de divertirse.
  • Bienaventurados los que saben distinguir una montaña de un montículo, los que miran donde ponen sus pies porque evitarán el resbalón y los pisotones atolondrados.
  • Bienaventurados los que son capaces de trabajar, descansar, dormir y reír sin pedir excusas porque son sabios.
  • Bienaventurados los que saben callarse y escuchar porque ellos aprenderán cosas nuevas.
  • Bienaventurados los que son bastantes inteligentes para no creerse el ombligo del mundo porque ellos serán apreciados por quienes les rodean.
  • Bienaventurados los que piensan antes de obrar y los que oran antes de pensar porque ellos evitaran bastantes tonterías.
  • Dichosos seréis si sabéis admirar una sonrisa y olvidar una mala cara porque vuestro camino estará lleno de sol.
  • Dichosos seréis si sabéis callaros y sonreír aun cuando os corten la palabra, os contradigan y os pisoteen. Entonces el Evangelio comenzará a entrar en vuestro corazón.

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