sábado, 12 de noviembre de 2011

Dhyana (Meditación) por Swami Sivananda



  
            Es el séptimo peldaño en la escala del Yoga a través del cual buscamos transformarnos internamente y llegar al octavo y último: Samadhi.
            Dice Patanjali:
         
            “Por la meditación perfectamente concentrada sobre el corazón o el ser interno, viene el conocimiento de la conciencia. El yo personal trata de convertir la vida en deleite, porque no persigue la distinción que hay entre él y el hombre espiritual. Toda experiencia de la personalidad realmente existe en obsequio de otro, a saber: El Hombre Espiritual:
            Por la meditación perfectamente concentrada sobre la experiencia en obsequio del Yo, viene el conocimiento del Hombre Espiritual. Por lo tanto, nace el divino poder la intuición, y el oído, el tacto, la visión, el gusto, el poder del Hombre Espiritual....Cuando el Hombre Espiritual está perfectamente desembarazado del cuerpo físico, alcanza el dominio y el conocimiento de todas las cosas”.

            Dice Swami Sivananda:
            “La meditación es el único camino para alcanzar la Inmortalidad y la Buenaventura”.
            “Los sentidos están abstraídos en la mente. La mente individual se vuelve una con la Mente Cósmica, la Superalma, el Alma del Universo. Las funciones del intelecto, la mente objetiva y los sentidos están suspendidos.
            El Yogui se vuelve una alma viviente y ve dentro de la vida de las cosas por medio de su ojo divino, intuición o sabiduría. El estado de consciencia cósmica es grande y sublime. Está mas allá de toda descripción....”.
           
¿Qué es meditación?
            Es aquietar totalmente la mente, unirse con el objeto meditativo, es alcanzar la sabiduría, es descubrir todos los misterios y significados de todo y como dicen los maestros sólo la experiencia nos ayudará a comprender su verdadero sentido.

            Dice Patanjali:
            “Es mantener prolongadamente el pensamiento sobre el objeto de concentración esperando comprenderlo”.

¿Cómo meditamos?
            A través de la concentración en un objeto intentando evitar en lo posible la dispersión mental.

PAZ

            Debemos antes de su práctica, relajarnos lo más posible, intentando evitar todo tipo de preocupaciones, serenar nuestras emociones; por lo tanto, lo ideal es después de una sesión de asanas, pranayama y relajación; al menos si no fuera posible todo esto por lo menos una relajación para intentar calmarnos lo más posible.
            Otro requisito básico, es mantener la espalda lo más recta posible, adoptar posturas como Padmasana (postura del loto), Siddhasana (más cómoda),  si aún fuera dificultosa, más cómoda aún Sukhasana (la postura del sastre, sentados con piernas cruzadas).
            Las manos en chin mudra (juntar índice y pulgar de cada mano) ó llevar palma de la mano a las rodillas ó una mano sobre la otra y unir pulgares sobre el regazo ó manos sobre las rodillas.
¿En que objeto meditamos?

  • En la respiración (sentir el aire al pasar por las fosas nasales), meditación Vippasana.
  • Repetición de algún mantra (Om namo sivaya, Soham, Om, etc, etc (meditación Yapa)
  • En una deidad, enfrente de su imagen (por ejemplo Jesús).
  • Una rosa.
  • En el corazón (si eres muy emocional).
  • En el entrecejo, Ajna chakra (si te consideras más intelectual).
  • En la naturaleza.
  • En el silencio.

Dice el texto sagrado Bhagavad Gita:
            “El sabio que en silencio y en un lugar recogido y oscuro revierte su conciencia, aislando sus sentidos del mundo exterior, y reposando su vista interior en medio de sus cejas, deja que su aliento entre y salga de su cuerpo de un modo uniforme; calmándose de este modo, pone en armonía su mete con su fuerza vital”.
¿Cuánto tiempo?
            En un principio entre 15 y 20 minutos, una vez por la mañana y otra por la tarde, luego se puede ir aumentando gradualmente 5 ó 10 minutos cada mes.
            “Del mismo modo que cultivas hermosas flores en tu jardín, deberías cultivar las flores de los pensamientos pacíficos, de amor, misericordia, amabilidad, etc. Por la introspección y los pensamientos sublimes quitarás las malas hierbas de los pensamientos vanos, inútiles y discordantes. Lo semejante atrae a lo semejante. Esta es la gran Ley. Mantén buenos pensamientos. Haz meditación. Serás beneficiado por sus vibraciones. Tu nueva vibración espiritual los atraerá”.
Sivananda.


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