El Radja-yoga es el yoga
mental por excelencia, aquella modalidad yóguica que con sus técnicas
psicomentales trabaja para lograr el desarrollo, control, perfeccionamiento y
conquista de la mente. El yogui sabe que la mente es una energía poderosa que,
según sea utilizada, te libera o te esclaviza. La mente puede ser amigo o
enemigo, depende que sea poseída o posea. Es para no pocas personas su mayor
problema, un grave obstáculo en el progreso interior. De la misma manera que la
electricidad puede proporcionarte luz y calor o electrocutarte, así la mente
puede proporcionarte felicidad o dolor. La gran mayoría de las personas no disponen
de su mente, sino que su mente dispone de ellas; no piensan sino que son
pensadas por sus pensamientos. Los pensamientos, desordenados y fuera de todo
control, se convierten en una especie de tela de araña que enreda y condiciona
al individuo. Un pensamiento tal es, como dicen los grandes sabios de la India,
el ladrón de la felicidad.
La mente es el sexto sentido para el yoga, un órgano
capaz de percibir, conocer, analizar, intuir. En la mente se encuentran la
memoria, la imaginación, la atención y el discernimiento. Pero la mente es una
de las cosas misteriosas de este mundo. Es como un mono salvaje y ebrio o, como
dicen los textos sagrados de la India, como un elefante enloquecido. El ser
humano ordinario tiene una mente confusa y ofuscada, cuyas funciones no
trabajan armónica ni penetrantemente. Una mente tal sólo produce una visión
adulterada de la vida y de uno mismo, fricciones de todo tipo, malestar y
neurosis.
El yogui
aprende a conocer, indagar y controlar su mente. No hay control mayor ni más
necesario para la salud psíquica y espiritual. Este control es consciente,
lúcido, metódico y perseverante. Una y otra vez el yogui se empeña en poner su
mente bajo el yugo de su voluntad. Se ejercita para intensificar la atención
mental, cultivar controladamente la imaginación, refrenar la memoria negativa y
purificar el discernimiento.
El Radja-yoga dispone de numerosas técnicas de
persuasión psicomental para conducir al individuo al más genuino de sí mismo y
facilitarle la conquista interior. Estas técnicas podrían clasificarse en
algunos grandes grupos:
1. Concentración:
Consiste en la fijación de la mente en un solo soporte con absoluta exclusión
de todo lo demás.
2. Meditación:
Representa la aproximación mental, emocional y vivencial al soporte de la
meditación.
3. Visualización:
Es el cultivo y desarrollo de las energías de la mente mediante la
visualización de determinadas imágenes positivas a tal fin.
4. Autoindagación:
Procedimientos para averiguar la propia naturaleza y hallar lo más genuino de
uno mismo.
En los siguiente trabajos iremos
extendiéndonos sobre estos grandes grupos de técnicas y sus numerosos
ejercicios. Todos ellos pretenden el perfeccionamiento del centro mental, el autoconocimiento,
el mejorar las relaciones con uno mismo y con los demás el firme equilibrio
interior.
Concentración en un color.
Existe un
ejercicio de concentración muy simple, pero que es excelente para comprobar
hasta qué punto nuestra mente es rebelde y para comenzar a ejercitarnos en el
control de todas sus energías.
Siéntese tranquilamente, pause su respiración y
relaje su cuerpo tanto como le sea posible. Durante unos minutos debe abstraerse
de todo lo que no sea el ejercicio en sí mismo. Seleccione el color de su
preferencia, aquel que por lo común le resulte el más agradable. Trate de
mantenerlo en la mente con toda la fidelidad posible. Una y otra vez la
mente tratará de burlar su vigilancia y
pensar en otras coas, pero usted, implacablemente, debe agarrar su mente y
dirigirla sobre el color seleccionado. Insista en la práctica, sin crear
tensión, sin desfallecer, muy atento y perceptivo. La mente es como un elefante
furioso que poco apoco hay que ir amaestrando. La mente, como dicen los yoguis, es como un mono travieso y ebrio que hay
que ir poco a poco reeducando. Durante diez o quince minutos persevere en este
ejercicio. No importa que la mente huya innumerables veces si usted, tantas
otras, la hace retomar al color seleccionado.
TOMO I
Colección de fascículos de Yoga
Ramiro Calle