Los
Upanishads son supremas visiones espirituales expresadas verbalmente entre los
siglos ocho y cuarto antes de Jesucristo. A los primeros Upanishads se
agregaron otros que se fueron componiendo hasta el siglo quince de nuestra era,
ampliando o explicando las visiones primeras eternas; y su número aumentó hasta
el punto que se han podido imprimir en sánscrito hasta ciento doce Upanishads.
La colección completa casi iguala a la de los textos de la Biblia. Los dos
Upanishads más extensos son el Chandogya y el Brihadarangaka, de unas cien
páginas cada uno. Son tal vez los más antiguos. El más breve es el Isa
Upanishad que sólo tiene dieciocho versículos y ocupa unas dos páginas de este
libro. No es uno de los más antiguos, tal vez del tiempo del BHAGAVAD GITA unos
cuatrocientos años antes de Jesucristo, pero debido a su cósrnica grandeza
suele encabezar las colecciones de Upanishads en sánscrito en la India. En este
libro hay traducciones completas de siete Upanishads, del Isa al Svetasvatara;
y de los otros hay selecciones, escogidas por su elevación poética o
espiritual. La palabra Upanishad se relaciona con la raíz sánscrita SAD, estar
sentado. En el Sermon de la Montaña podemos imaginar a los discípulos sentados
a los pies del Maestro escuchando el sublime Upanishad.
El
espíritu de los Upanishads lo encontramos en las Palabras del Evangelio
"El reino de Dios es en vosotros"; y en los versos de San Juan de la
Cruz cuando el alma, en una noche oscura:
Sin
otra luz y guía
Sino
la que en el corazón ardía
va
a unirse con su Dios.
Anteriores
a los primeros Upanishads tenemos en la India la creación de los Vedas,
visiones poéticas y espirituales en las que la imaginación humana ve primero a
los dioses y los expresa en creación poética, y después va avanzando hacia
unidades más intensamente poéticas y espirituales hasta llegar al Brahmán único
de los Upanishads, unidad suprema como la del Dios uno de Moisés, del
Cristianismo y de la religión islámica.
Así
como San Francisco de Asís se dirige en canto sublime al Dios de la naturaleza
y habla del "hermano sol, hermano viento, hermana agua y hermano
fuego" los ve todos expresando la gloria de un Dios del universo, y por
tanto, Dios del sol del viento, del agua y del fuego, en los Vedas hay la
visión de un dios del sol, un dios del viento, un dios del agua y un dios del
fuego, y la gloriosa poesía de estos y otros dioses. En los Upanishads la
visión espiritual y poética va desde una diversidad hacia una unidad, y de los
dioses a Brahmán, el Dios de todos los dioses, suprema unidad del Universo que
reúne y supera su inmensa variedad.
Los
creadores de los Upanishads fueron pensadores y poetas; y el poeta bien sabe
que si la poesía nos aleja de lo que se llama realidad es sólo para elevarnos
hacia una Realidad más alta donde, lejos de las limitaciones de un estar,
encontramos la infinita alegría de un Ser.
Estas
creaciones están tan por encima de la curiosidad arqueológica de algunos
eruditos como lo está la luz del sol por encima de sus definiciones.
Necesitamos de la erudición para ir a buscar los frutos de sabiduría de los
tiempos antiguos; pero es sólo una elevación espiritual que nos permite gozar
de esos frutos y transformarlos en vida.
El
Brahmán del universo, el Dios trascendente de tiempo y de espacio, pero
inmanente en el tiempo y en el espacio es, según los Upanishads, el mismo Ser
nuestro y el Ser de todas las cosas. El Brahmán trascendente cuando es
inmanente en nosotros se llama Atman. Son dos nombres para un mismo Ser: el Infinito
se llama Brahmán, y el Infinito manifestado en lo finito y limitado se llama
entonces Atman. En su eterna clarividencia los maestros supremos vieron un
Infinito de unidad trascendente y al mismo tiempo un Infinito de variedad
inmanente. Es el Dios expresado como el "Todo en el todo" de poetas,
místicos y videntes, y después explicado, y a veces complicado, en teologías
que son a la experiencia de algo eterno, lo que la gramática es a la poesía: un
estudio y análisis intelectual, y no experiencia vital, Realidad de vida, una
abstracción de pensamiento como son los números, ideas indispensables para
cálculos, pero no cosas que podamos tocar con las manos exteriormente, aunque
mucho menos impalpables ilusiones. Como nos dice y sugiere el Kena Upanishad, Brahmán
o Atman, no es algo que se pueda ver, oír, gustar o tocar con los sentidos, no
es algo que se pueda comprender, imaginar, o concebir con el pensamiento. Está
más allá ,de los sentidos y de todo pensamiento. Es un Amor hacia un más allá.
Un Amor a quien se va por el camino del amor, y cuanto más puro y más intenso
es el amor tanto más se ve y comprende y se siente y se vive el Amor infinito
que es la causa de nuestro finito amor. Brahmán no se puede pensar con la
mente; es: "Aquello que hace posible que la mente pueda pensar".
Uno
de los mensajes de los Upanishads, explicado después en el Bhagavad Gita, es
que sólo amando se comprende el amor, y no mediante explicaciones o
definiciones: amar y saber son, al principio, divergentes, como los lados de un
ángulo; pero a medida que se va subiendo por los dos lados, el saber comprende
más al amor hasta que al fin son uno. El amor puro transforma el estar en un
ser, y en tal sublime transformación, algo finito y temporal se ha convertido
en algo infinito y eterno, lo mortal se ha convertido en algo inmortal. Es como
el salir a la luz de dentro una cueva oscura, un despertar después de dormir,
un momento de Eternidad y alegría suprema por encima de la ilusión de placeres
que Pasan y dolores que Perduran, un ser consciente más allá de un estar
inconsciente, un momento de vida tan intensa, tan absoluta, que permite una fe
basada en experiencia, y no una creencia procedente de palabras y libros, si
bien libros y palabras pueden ayudar al alma inflamada de anhelos; finalmente
un momento de vida que permite a un San Juan de la Cruz decir:
Que
bien sé yo la fonte que mana y corre,
Aunque
es de noche.
En
el saber estudiamos la variedad de las cosas, las definimos y comprendemos, y
así las dominamos: es la ciencia. Pero en el amor puro contemplamos las cosas
sin deseo de posesión, sólo por el gozo de la contemplación: es la poesía. En
el saber nos separamos de las cosas, hay un nuestro yo que estudia y la cosa
estudiada; pero en el amor nos unimos con las cosas y en la alegría de la
contemplación desaparece el sentido de posesión, de egoísmo y de destrucción.
Un grandioso árbol milenario puede ser objeto de contemplación en silencio para
el poeta, de estudio y gran actividad cerebral para el científico, un objeto de
mero lucro para un comerciante que, sin consideración a la grandeza sublime del
árbol milenario, está dispuesto a comprarlo, venderlo, y hasta quemarlo.
¡Cuando pensamos y analizamos, vemos las cosas en su variedad; pero cuando
amamos, las vemos en su unidad. El saber amplía la vida tanto hacia el bien
como hacia el mal, pero el amor puro la eleva siempre hacia el bien. Por eso es
que el Katha Upanishad dice: "Quien ve la variedad y no la unidad muere
una y otra vez".
El
Mandukya Upanishad menciona un cuarto estado de conciencia: Ser puro, OM,
Airnan, Dios. En el Chandogya Upanishad, 8.I., encontramos una visión poética
de la misma idea: hay en nuestro corazón un diminuto espacio y, sin embargo, en
él moran el sol, la luna y las estrellas, existe todo el universo, "porque
todo el universo es en Él, y Él es en nuestro corazón".
Esta
idea sublime, tal vez la más sublime que ha concebido el hombre sobre la
tierra, puede ser objeto de concentración, meditación, contemplación y unión:
es la idea central de los Upanishads. La concentración es una forma intensa de
atención. El pajarillo que busca un árbol para construir su nido, empieza por
la atención y concentración. Después parece que considera, instintivamente, el
lugar más seguro y protegido del árbol: es una meditación, superada cuando el
hombre de ciencia considera el mismo árbol. En estas dos actividades
intelectuales, o instintivas, hay un movimiento mental o cerebral. El poeta o
el pintor Contemplan el árbol, aunque antes hayan dedicado su atención a su
pensar. Contemplación es silencio interior. Los movimientos cerebrales, tal vez
electrónicos, mentales, olas del mar de la mente, se van calmando los ruidos o
sonidos exteriores o interiores desaparecen, y un silencio, más o menos
intenso, parece que permite la luz del alma iluminar el objeto de la
contemplación. Nos acercamos a lo infinito y a lo eterno.
En
un relampaguee de luz eterna, el Poeta o el pintor ven el árbol en
contemplación. Es la visión. Después viene la creación, el dominio y la técnica
de un idioma, o el dominio técnico del pintor, formando la base, el principio
necesario para la expresión poética o artística. En la unión, el conocedor y la
cosa conocida son uno en un momento eterno. El poeta o el pintor por un momento
no ven el árbol, son el árbol, y su intensidad de ser depende de su intensidad
de amor; y de su intensidad de visión depende la grandeza de su creación. La
visión pura es una realidad suprema; Pero, desgraciadamente, al lado de la fe
creadora hay el fanatismo destructor, al lado de la visión que eleva, hay la
ilusión que transforma sublimes verdades y visiones espirituales, en bajas
ilusiones. Toda visión real está por encima de la razón humana, pero la razón
la admite y defiende. En cambio, cuando la visión es ilusión, está por debajo
de la razón, aunque pueden cubrirla nubes negras tan oscuras que hacen difícil,
sino imposible, que la luz del alma pura y de la razón clara pueda disiparlas.
Los videntes de los Upanishads no crearon una religión. Su visión suprema es
tan elevada que está por encima de religiones, de humanismos que quieren
substituirla, o de actitudes científicas que quieren ignorarla, e infinitamente
por encima de fanatismos, ilusiones e indiferencias humanas. Su visión está
también por encima de ceremonias religiosas, teologías o filosofías; y
presupone una visión creadora de la mente del hombre de donde Proviene todo lo
espiritualmente puro, bueno y bello, y por tanto, verdadero, que haya o pueda
haber en religiones, filosofías y teologías. Si la ciencia es una, la verdad
espiritual tiene a lo menos que ser una. Afortunadamente el hombre moderno
aspira a esta unidad; y la indiferencia o repugnancia humanas contra toda forma
de fanatismo, intolerancia o superstición son, tal vez, expresiones inconscientes
de los anhelos de bondad, verdad y belleza: anhelos de amor infinito que
residen en el fondo de todo corazón humano, reflejando, como en un espejo, la
luz de un Sol de Amor. El espejo del alma que, por naturaleza, es puro, limpio
y clarísimo, puede sin embargo, encontrarse cubierto de nubes más o menos
oscuras, resultado de pasadas o presentes desarmonías egocéntricas, y las nubes
impiden un claro reflejo de la luz pura e impiden que el alma sienta el Ser
Puro, la visión Pura y la pura alegría que son el Brahmán de los Upanishads, el
Dios de las religiones, el humanismo puro o razón pura entrevistos entre las
confusiones y ofuscaciones humanas. Por eso la plegaria pura de los Upanishads
es un anhelo de luz pura, cuando suplica que de las apariencias de la vida, de
su noche oscura, y de su muerte final, el Atman supremo nos conduzca a algo que
es Realidad, Luz e Inmortalidad.
En
dos versos sánscritos muy posteriores a los tiempos primeros de los Upanishads
escuchamos la Plegaria que dice: "Que el hombre malo sea bueno, y que el
hombre bueno tenga paz. Que en la paz se libere de sin lazos, y que el hombre
libre dé libertad a otros". Uno de los problemas educativos más
importantes es el inducir a los que poseen más inteligencia, energía, constancia
y otras virtudes, a que las empleen en buena voluntad para ayudar a los otros
que no las poseen en tan alto grado; y no para fines egoístas, para dominar más
o menos a los otros: el camino del hombre sobre la tierra va de lo finito a un
Infinito donde no hay más ni menos, pues hay un Todo en el todo.
Aunque
el Brahmán de los Upanishads no puede expresarse en palabras, nos dejaron tres
palabras que sugieren su más allá; SAT, CIT, ANANDA, Ser puro, Conciencia pura,
Alegría pura.
Según
los Upanishads, el espacio y el tiempo son emanaciones de Brahmán cuyo ser es
un más allá del espacio y del tiempo. ¿Por qué? Por la alegría de creación.
¿Por qué hay el mal? Por la alegría de superarlo con el bien. ¿Por qué hay la
oscuridad? Para que la luz pueda brillar más intensa. ¿Por qué hay el dolor?
Para hacer posible la alegría de superarlo, la alegría del sacrificio por amor.
¿Por qué la creación e infinita evolución del universo? Porque en el fondo todo
es amor, y amor puro es pura alegría.
Entre
los libros sagrados de la humanidad, los Upanishads bien pueden llamarle
Himalayas del Alma. Sus apasionadas aventuras para descubrir y encontrar el sol
de un Espíritu en nosotros, de quien tenemos la luz de nuestra conciencia y el
fuego de nuestra vida; la grandeza de sus preguntas y la sublime sencillez de
sus respuestas; su irradiante alegría cuando sienten la revelación de lo
Supremo en su alma, y uno de sus poetas puede exclamar: "La luz del sol es
la luz que es mía"; sus paradojas y contradicciones donde encontramos una
verdad vital; sus sencillas narraciones donde con ejemplos concretos se
explican las más altas verdades metafísicas con palabras claras como las de un
niño; los resplandores de su visión que revelan la grandeza infinita de nuestro
mundo interior; su gran variedad, pero dentro de una absoluta unidad en su
sublime concepción de Brahmán; su fe ardiente y elevadora en el alma humana que
es una con el Alma (el universo; su tolerancia de los Vedas, pero su
interpretación espiritual, y por lo tanto simbólica, de todo ritual exterior,
indicando así el verdadero camino de elevación espiritual a todos los hombres
del porvenir; sus semillas de grandes ideas psicológicas y filosóficas; las
vastas armonías que resuenan en sus palabras, su buen sentido y sabiduría espiritual
que pueden satisfacer a diferentes temperamentos en su buscar el camino de la
luz; sus imágenes y semejanzas de una gran sencillez que encontramos repetidas
por santos y poetas que nunca conocieron los Upanishads, y así nos confirman la
unidad de toda vida o visión espiritual; el esplendor de su Imaginación
romántica que convierte a su creadores en hermanos de espíritu con los
creadores de belleza de todos los tiempos y que nos enseñan como podemos
convertir nuestra vida en una obra de belleza; todo ello es como una armonía de
trompetas resonando una gloria de luz y de amor que, más allá de dudas y de la
muerte, proclama la victoria de nuestra vida inmortal.
KATA UPANISHAD
PRIMER
ADHYAYA
PRIMER
VALLI
1.
Vagasravasa, deseoso de recompensas celestiales, entregó en sacrificio
todo
lo que poseía. Tenía un hijo cuyo nombre era Nakiketas.
2.
Mientras los presentes eran entregados, la fe entró en el corazón de
Nakiketas,
que todavía era un muchacho, y pensó:
3.
"Malditos seguramente son los mundos a donde va un hombre que ofrece en
sacrificio
vacas que han bebido agua, comido heno, dado su leche y son
estériles."
4.
Aquél, conociendo que su padre había prometido entregar todo lo que
poseía,
y por consiguiente también a su hijo, dijo a su padre: "Estimado
padre,
¿a quién vas a entregarme?" Lo dijo por segunda y tercera vez.
Entonces
el padre replicó enojado:
"Te
entregaré a la Muerte."
(El
padre, por haber dicho aquello, aunque fruto de su precipitación, tuvo que ser
fiel a su palabra y sacrificar a su hijo.)
5.
El hijo contestó: "Voy a la muerte como cabeza de muchos que todavía
tienen
que morir y con muchos que ahora están muriendo.
¿Cuál
será la obra de Yama (el soberano de los fallecidos) que hoy tiene que
hacer
conmigo?
6.
"Miro al pasado y observo lo que ocurrió a los que vinieron, miro al
futuro
y observo lo que ocurrirá a los que tienen que venir. El hombre
mortal
madura como el maíz y, como el maíz, brota de nuevo."
(Nakiketas
entra en la morada de Yama, donde no hay nadie para recibirle.
Uno
de los sirvientes de Yama le increpa así):
7.
"El fuego penetra en las casas cuando un brahmín entra como invitado. Tal
fuego
solamente puede ser aplacado con una ofrenda de paz. ¡Trae agua, pues,
oh
Vaivasrata!
8.
"Un brahmín que mora en la casa de un hombre necio sin recibir nada para
comer,
destruye todas las esperanzas y deseos del dueño de la casa, todas
sus
posesiones, su honestidad, sus sagradas y buenas acciones y todos sus
hijos
y ganado.
(Yama,
regresando a su casa después de tres días de ausencia, durante los
cuales
Nakiketas no había recibido hospitalidad de él, se dirige a Nakiketas):
9.
"Oh, brahmín, puesto que tú, venerable huésped, has permanecido en mi
casa
tres días sin comer, escoge como compensación tres deseos."
10.
Nakiketas contestó: "Oh Muerte, como el primero de mis deseos, escojo
que
Gautama, mi padre, permanezca Calmo, bondadoso y no se enoje conmigo; de
este
modo podrá conocerme y saludarme cuando tú me liberes".
11.
Yama repuso: "Por mi favor, Andalaki Aruni, tu padre, te aceptará y se
comportará
contigo como antes. Dormirá serenamente por la noche y la cólera
no
se apoderará de él cuando vea que has sido liberado de las fauces de la
muerte".
12.
Nakiketas añadió: "En el mundo celestial no hay miedo alguno, pues tú no
moras
allí, oh Muerte. En ese reino nadie tiene que llegar a la vejez. Allí
no
hay hambre, ni sed, ni dolor. Todo es gozo en ese mundo.
13.
"Tú conoces, oh Muerte, el sacrificio del fuego que nos conduce al
cielo;
revélamelo, pues mi corazón rebosa de fe. Aquellos que viven en el
reino
celestial alcanzan la inmortalidad; éste es, pues, mi segundo deseo."
14.
Yama replicó: "Cuando conozcas el sacrificio del fuego que conduce al
cielo,
comprende, Oh Nakiketas, que con él se alcanzan los mundos infinitos,
escondidos
en el corazón del hombre".
15.
Yama entonces le enseñó a realizar el sacrificio del fuego, que es el
principio
de todos los mundos. Le enseñó también qué ladrillos se requieren
para
el altar y cuántos y cómo tienen que ser colocados. Nakiketas repitió
todo
tal como se le había enseñado.
Entonces
Mrityu complacido con él, le dijo:
16.
"Te concedo otro deseo: El fuego del sacrificio, que te ha sido
revelado,
tomará tu mismo nombre.
17.
"Aquel, pues, que realiza este rito Nakiketas y hallando la unión con
los
tres, cumple los tres deberes, se halla más allá del nacimiento y la
muerte.
Quien
aprende y comprende este fuego, que nos da a conocer todo lo que ha
nacido
de Brahma, todo lo venerable y divino, obtiene la paz eterna.
18.
"El que conoce los tres fuegos -Nakiketas y, conociendo los tres,
prepara
el sacrificio- Nakiketas rompe las cadenas de la muerte y se
regocija
en el mundo que se halla más allá del dolor.
19.
"Este, oh Nakiketas -exclamó la Muerte- es tu fuego que conduce al cielo
y
que tú has escogido como segundo deseo. Escoge ahora, pues, tu tercer
deseo."
20.
Nakiketas dijo: "Hay una duda que surge en mí cuando muere un hombre.
Algunos
afirman que su alma también muere y otros dicen lo contrario. Esto
me
gustaría conocer; si tú me lo muestras, éste es mi tercer deseo".
21.
La Muerte respondió: "En este punto incluso los dioses han dudado. No es
un
tema fácil de comprender. Te ruego que escojas otro deseo, oh Nakiketas,
no
me obligues a responderte".
22.
Mas Nakiketas replicó: "Ciertamente en este punto incluso los dioses han
dudado.
Con toda seguridad, pues, no hay otro deseo mejor que éste".
23.
La Muerte repuso: "Escoge hijos y nietos que vivan cien años, ganado,
elefantes,
oro y caballos. Escoge como morada la tierra entera y vive tantas
cosechas
como quieras.
24.
"Si puedes pensar en algún deseo parecido, escoge riqueza y larga vida.
Sé
el rey de toda la tierra. Te concedo el goce de todos los deseos.
25.
"Pide cualquier deseo, por difícil que sea de obtener entre los
mortales,
pídelo según tu deseo: bellas doncellas con carros e instrumentos
musicales...
Tales deseos ciertamente no son alcanzados por los hombres,
solamente
por aquellos quienes yo permito obtenerlos. Pide lo que te plazca,
pero
no preguntes acerca de la muerte."
26.
Nakiketas sin embargo respondió: "Estas cosas son efímeras, sólo duran
hasta
mañana, oh Muerte, puesto que su fuerza nace de los sentidos. Incluso
la
vida más larga es breve. Quédate, pues, con tus caballos y tus danzas y
responde
a mi deseo.
27.
"Ningún hombre es feliz por la riqueza. ¿Acaso poseeremos riquezas
cuando
te tengamos que ver?
¿Acaso
viviremos cuando tú reines sobre nosotros? Sólo este deseo quiero
alcanzar.
28.
"¿Qué mortal, después de conocer la liberación de la vejez gozada por
los
inmortales, apreciará vivir una larga vida en esta tierra, donde no
existen
los verdaderos placeres que nacen de la belleza y el amor?
29.
"Oh Muerte, dinos qué hay en la otra Vida. Nakiketas no escoge otro
deseo
sino aquel que es la llave del mundo de las tinieblas."
SEGUNDO
VALLI
1.
La Muerte replicó: "El bien es una cosa, el placer otra; estas dos,
teniendo
fines distintos, encadenan al hombre. El hombre debe permanecer en
el
bien, pues el que escoge el placer, malogra su destino.
2.
"El bien y el placer se acercan al hombre, pero sólo el sabio puede
verlos
y distinguirlos. Este prefiere el bien y desecha el placer, mas el
necio
escoge el placer y la avaricia y desecha la virtud.
3.
"Tú, oh Nakiketas, después de considerar todos los placeres que son o
parecen
ser agradables, los has despreciado uno por uno. Tú no has entrado
en
el camino que lleva a la riqueza, donde muchos son los que perecen.
4.
"Muy separados y conduciendo a lugares muy distintos se encuentran la
ignorancia
y lo que se conoce como sabiduría. Creo que tú, Nakiketas, deseas
el
verdadero Conocimiento, pues muchos deseos no consiguieron desviarte de
tu
propósito.
5.
"Los necios moran en la oscuridad. Sabios en su propia presunción, andan
en
círculos, tambaleándose de aquí para allá, como ciegos guiados por ciegos.
6.
"La otra vida nunca aparece ante los ojos del chiquillo distraído,
engañado
por la ilusión de la riqueza. 'Esto es el mundo', piensa, 'no hay
otro
mundo más que éste'. No se da cuenta que caerá así una y otra vez bajo
mi
dominio.
7.
"Aquello que muchos ni siquiera pueden oír, que muchos, cuando lo oyen,
no
lo comprenden, admirable es el hombre, si hay alguno, que puede darlo a
conocer,
y admirable el que lo comprende cuando un verdadero maestro se lo
muestra.
8.
"Cuando esa verdad es dada a conocer por un hombre inferior, no es fácil
de
ser comprendida. A menos que sea revelada por un ser perfecto, no hay
forma
de acceder a ella, pues es inconcebiblemente más pequeña que lo pequeño.
9.
"Esa doctrina no puede ser obtenida por discusión; mas cuando proviene de
la
boca de un ser perfecto, entonces es fácil de comprender. Tú la has
obtenido,
pues eres ciertamente un hombre de verdadera determinación. ¡Haya
siempre
buscadores como tú!
10.
Nakiketas asintió: "Sé que los tesoros terrenales son transitorios, pues
lo
eterno no puede ser obtenido con cosas que no son eternas; mas yo, por
medio
de lo transitorio he obtenido lo que está más allá de toda
transitoriedad".
11.
Yama respondió: "Aunque has visto la satisfacción de todos los deseos,
la
fundación del mundo, las infinitas recompensas de las buenas acciones, la
ribera
donde no hay miedo alguno, loada en todas las alabanzas, y la gran
morada,
has sido sabio y con firme determinación lo has despreciado todo.
12.
"El sabio que mediante la meditación en su Ser, reconoce a Dios en el
Antiguo,
aquel a quien muy pocos ven, que se halla en la más profunda
oscuridad
y mora en lo oculto, ese sabio ciertamente está más allá del gozo
y
el dolor.
13.
"El mortal que, oyendo esto, lo acoge en su corazón y lo separa de todas
las
cualidades, alcanzando de este modo el Ser sutil, se llena de gozo, pues
ha
hallado la causa de todo regocijo. La morada está abierta para ti, oh
Nakiketas.
14.
Nakiketas repuso: "Quiero que me digas lo que tú ves como ni esto ni
aquello,
ni efecto ni causa, ni pasado ni futuro".
15.
Yama respondió: "La Palabra de la que hablan todos los Vedas, buscada en
ayunos
y austeridades por muchos hombres, te va a ser revelada.
16.
"Esa Palabra imperecedera significa lo más alto; el que conoce este
Santo
Verbo obtiene todo lo que desea.
17.
"Esta es nuestra tabla de salvación, lo supremo de lo supremo. Quien
conoce
esta Santa Palabra es engrandecido en el mundo de Brahma.
18.
"El Inteligente no nace ni muere. No brotó de nada ni nada brotó de él.
El
Antiguo es innato, eterno, imperecedero. No perece, aunque el cuerpo se
corrompa.
19.
"Si el que mata cree que es él quien mata, y si el que muere cree que es
él
quien muere, ambos no comprenden; pues ni uno mata, ni el otro muere a
manos
de nadie.
20.
"El Ser, más pequeño que lo pequeño, más grande que lo grande, está
escondido
en el corazón de la criatura. El hombre que está libre de los
deseos
y el dolor, puede ver la majestad del Ser por la gracia del Creador.
21.
"Aunque quieto, camina hasta lo lejos; aunque tendido en el suelo, llega
a
todas partes. ¿Quién, excepto yo, puede conocer a ese Dios que se regocija
sin
regocijarse?
22.
"El sabio que conoce al Ser incorpóreo en el interior de los cuerpos,
inmutable
en medio de las cosas que cambian, grande y omnipotente, nunca sufre.
23.
"Ese Ser no puede ser alcanzado leyendo los Vedas, ni tampoco ser
comprendido
o aprendido. Sólo aquél a quien el Ser perfecto escoge puede
alcanzar
su grandeza, pues el Ser ha escogido el cuerpo de ese hombre como
el
suyo propio.
24.
"Pero quien no se aparte de la maldad, ni permanezca tranquilo y sumiso,
jamás
alcanzará el Ser, ni siquiera mediante el Conocimiento.
25.
"¿Quién, entonces, conoce dónde está El, en quien todo desaparece y en
quien
incluso la muerte es absorbida?
TERCER
VALLI
1.
"Existen dos Brahmas, el superior y el inferior, los cuales obtienen su
recompensa
en el mundo de sus propias acciones; ambos habitan en la cueva
del
corazón y moran en la cumbre más alta. Aquellos que conocen a Brahma los
llaman
la sombra y la luz, así como los padres de familia que realizan el
sacrificio
Trinakiketa.
2.
"Así pues, dominemos perfectamente este rito Nakiketas, que es el puente
para
los que ofrecen sacrificios y la barca para llegar a la orilla del
imperecedero
Brahma.
3.
"Conoce el Ser que se sienta en el carro: su cuerpo es el carro, el
intelecto el auriga, y la mente las riendas.
4.
"Los sentidos son los caballos y los objetos de los sentidos dos los
caminos que aquellos toman. Cuando aquél (el Ser Supremo) está en perfecta
unión
con el cuerpo, los sentidos y la mente, los sabios llaman a ese estado
la
dicha Suprema.
5.
"El que no comprende y cuya mente (las riendas del caballo) nunca está
sujeta
firmemente, jamás podrá dominar los sentidos, igual que los caballos
de
un auriga no pueden ser dominados por un cochero inexperto.
6.
"Pero el que comprende y mantiene la mente firme, llega a dominar sus
sentidos
como los caballos dóciles de un auriga.
7,
"El que no comprende, debido a su negligencia e impureza nunca llega a
ese
lugar, perdiéndose en la rueda de nacimientos.
8.
"Pero el que comprende, aquel que es cuidadoso y siempre puro, alcanza en
verdad
ese lugar donde no se nace de nuevo.
9.
"El que comprende a su auriga y sujeta las riendas de la mente, alcanza
el
fin de su viaje, que es el lugar más alto de Vishnu.
10.
"Más allá de los sentidos están los objetos, más allá de los objetos
está
la mente, más allá de la mente está el intelecto y más allá del
intelecto
está el Gran Ser.
11.
"Más allá del Grande está el Oculto, más allá del oculto está la
Persona,
Más allá de la Persona no hay nada: esta es la meta del Camino
Supremo.
12.
"Ese Ser permanece oculto en todos los seres, sin mostrar su brillo, mas
es
visto por los buscadores sutiles por medio de su agudo y sutil intelecto.
13.
"El sabio debe dominar la voz de la mente; debe mantenerla en el
interior
del Ser, lo cual es el Conocimiento; debe así mismo mantener el
Conocimiento
en el interior del Ser, lo cual es grandeza y debe mantener a
ésta
en el interior del Ser, lo cual es Serenidad.
14.
"¡Levántate y despierta! Ahora que has obtenido tus deseos.
¡Compréndelos!
Tan difícil como pasar por el afilado filo de una navaja, así
de
duro -dice el sabio- es este camino (hacia el Ser).
15.
"El que ha percibido aquello que no tiene sonido, tacto, forma,
decadencia,
y gusto, que es eterno y no tiene olor, principio ni fin, que
está
más allá de lo Supremo y es inmutable, éste está libre de las fauces de
la
muerte.
16.
"El sabio que ha repetido u oído la antigua historia de Nakiketas
contada
por la Muerte es ensalzado en el mundo de Brahma.
17.
"Y aquel que repite este Supremo misterio en una reunión de brahamanes,
o
cuyo corazón rebosa de devoción en el momento del sacrificio Sraddha,
obtiene
también infinitas recompensas."
SEGUNDO
ADHYAYA
CUARTO
VALLI
1.
La Muerte prosiguió: "El Auto-existente traspasó las aberturas de los
sentidos
para que se dirigieran hacia afuera; por consiguiente el hombre
mira
hacia afuera, no hacía adentro, a su propio ser. Algunos sabios, sin
embargo,
cerrando sus ojos y anhelando la inmortalidad, pudieron contemplar
al
Ser oculto.
2.
"Los chiquillos corren tras los placeres externos y caen en la trampa que
les
tiende la muerte. Solamente los sabios, conociendo la naturaleza de lo
que
es inmortal, no buscan nada estable entre todo lo inestable.
3.
"Aquello mediante lo cual conocemos las formas, el gusto, el olor, los
sonidos
y el tacto de todo lo hermoso, de igual modo nos permite conocer lo
que
existe en nuestro interior. Esto es lo que tú me has preguntado.
4.
"El sabio que sabe que lo que le permite percibir todos los objetos en el
sueño
o en la vigilia es el grande y omnipresente Ser, deja de sufrir.
5.
"El que reconoce al Ser como el alma viviente, como el Señor del pasado y
del
futuro, deja de sufrir. Así es.
6.
"El que le conoce, conoce a aquel que nació del calor ardiente y mora en
el
corazón. Así es.
7.
"El que le conoce, también conoce a Aditi, que está unido a todas las
deidades
y nace del Prana (aliento), que mora en el corazón y surgió de los
elementos.
Así es.
8.
"El que le conoce, conoce también a Agni (el fuego), el cual todo lo ve,
oculto
entre los dos palos de la hoguera, bien protegido como un niño en el
vientre
de la madre para ser adorado día tras día por los hombres cuando
despiertan
y hacen sus ofrendas. Así es.
9.
"Y conoce también aquello de donde el sol surge y adonde el sol va a
ponerse.
Allí todos los Devas están contenidos y ni uno solo va más allá.
Así
es.
10.
"Lo que está acá, lo mismo está allá; y lo que está allá, lo mismo está
acá.
Quien ve diferencia alguna entre allá y acá, va de la muerte hacia la
muerte.
11.
"Incluso con la muerte Brahma tiene que ser alcanzado; entonces no hay
diferencia
entre Creador y criatura. Quien ve diferencia en eso va de la
muerte
a la muerte.
12.
"El mora en el interior del Ser como Señor del pasado y el futuro. Quien
esto
conoce deja de temer. Así es.
13.
"El es como una luz sin humo, Señor del pasado y el futuro, igual hoy y
mañana.
Así es.
14.
"Igual que el agua de la lluvia caída en la montaña desciende por todos
los
lados de las rocas, así quien ve diferencias entre las cualidades del
ser
corre confuso tras ellas por todas sus vertientes.
15.
"Como el agua pura que echada en agua pura permanece igual, así, oh
Gautama,
es el Ser del discípulo que conoce al Perfecto.
QUINTO
VALLI
1.
"Hay una ciudad de once puertas que pertenece al innato, cuyos
pensamientos
nunca son tortuosos. Quien se acerca a ella, deja de sufrir y,
liberado
de todas las ataduras de la ignorancia, encuentra la libertad. Así es.
2.
"El es el cisne que mora en el radiante cielo; él es Vasu (el aire), que
mora
en el cielo; él es el sacrificador que mora en el hogar; él es el
huésped
que mora en la tinaja de los sacrificios; él mora en los hombres, en
los
dioses, en el sacrificio y en el cielo; él nace en el agua, en la tierra
y
en las montañas; él es el Verdadero y lo Supremo.
3.
"El es quien nos envía el aliento. Todos los Devas (los dioses) le
adoran,
pues él es el adorable que se sienta en el centro de todo.
4.
"Cuando el Ser mora en este cuerpo mortal es separado y liberado de su
disfraz,
¿qué queda entonces? Así es.
5.
"Ningún mortal vive del aliento que asciende y desciende. Vivimos de otro
aliento
en el cual estos dos reposan.
6.
"Así pues, oh Gautama, te revelaré el misterio del antiguo Brahma, y lo
que
sucede al Ser después de la muerte.
7.
"Unos entran en el vientre de una mujer para tomar un cuerpo como seres
orgánicos
y otros entran en la materia inorgánica según sus obras pasadas y
su
conocimiento.
8.
"Aquél, la Persona Suprema, que permanece despierta en nosotros mientras
dormimos,
dando forma a nuestras visiones, aquél en verdad es lo Radiante,
aquél
es Brahma; a él solo se le llama el Inmortal. Todos los mundos están
contenidos
en él y nadie puede ir más allá. Así es.
9.
"Como el fuego que, aunque uno, parece distinto según lo que arde en él,
así
el Ser único que está dentro de todas las cosas parece distinto según la
materia
en la cual él penetra, y sin la cual también existe.
10.
"Como el aire que aunque uno, parece distinto según la materia en la que
penetra,
así el Ser único que está dentro de todas las cosas parece distinto
según
la materia en la que penetra, y sin la cual también existe.
11.
"Como el sol, que no es contaminado por las impurezas externas vistas
por
los Ojos, así el Ser único entre todos los seres nunca es contaminado
por
la miseria del mundo, estando él mismo fuera de ella.
12.
"No hay otro señor que el Ser que está dentro de todas las cosas, que
hace
que las formas se multipliquen. A los sabios que le perciben pertenece
la
felicidad eterna, a nadie más.
13.
"No hay ningún pensador eterno que piense pensamientos no-eternos y que,
aunque
sea uno solo, satisfaga los deseos de muchos. A los sabios que le
perciben
dentro de su Ser, pertenece la paz eterna, a nadie más.
14.
"Ellos perciben ese supremo e indescriptible placer y exclaman: 'Esto
es.
Entonces, ¿cómo puedo yo comprenderlo? ¿Tiene su propia luz o es un nuevo
reflejo
de otra?'
15.
"Allí el Sol no brilla, ni la Luna, ni las estrellas, ni los relámpagos
ni
el fuego. Cuando él brilla, todo brilla tras él, pues por su luz todo es
iluminado.
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