En la época moderna, con la creciente fusión y
práctica ventajosa del hatha-yoga
–verdadera ciencia de la salud- prolongación de la juventud de la vida,
además de una perfecta armonía psicofísica, aumentan, sin duda y cada vez más,
sus aplicaciones terapéuticas en múltiples trastornos psicosomáticos.
Conviene señalar que el hatha-yoga no significa una
simple “gimnasia”, de naturaleza médica o fisiológica, que se propone generar
unos efectos benéficos de carácter esencialmente neuromuscular. EL hatha-yoga
es en rigor un “método energético integral” en el que los elementos físicos no
pueden separarse de los espirituales. A este respecto merece una cita especial
la avalada opinión del eminente y famoso C.G. Jung: “Las numerosas prácticas
del yoga correspondientes al cuerpo constituyen una higiene fisiológica
superior a los habituales ejercicios de gimnasia y respiración, tanto más en
cuanto no son simplemente mecánicos o científicos, sino filosóficos, y activan
las distintas partes del cuerpo asociándolas al espíritu en su integridad. El
yoga une el cuerpo y al espíritu de manera extraordinariamente completa. “
En un antiguo texto hindú encontramos que los signos
de perfección en el hatha-yoga son los siguientes:
a) Un
cuerpo más esbelto.
b) Una
lengua más elocuente.
c) Sentidos
interiores que perciben más claramente.
d) Ojos
más claros y luminosos.
e) Un
cuerpo libre de enfermedades y obesidad.
f) Fluido
seminal controlable.
g) Aumento
del poder digestivo.
h) Purificación
de los canales psíquicos.
La práctica
del hatha yoga permite obtener una síntesis del equilibrio necesario para el
individuo, con las siguientes
cualidades: Salud, Sabiduría, Sensatez, Serenidad, Santidad.
Según señala el docto Aldo Saponaro, la ciencia
médica ha encontrado, en términos de fisiología moderna, una explicación para
la mayor parte de sus efectos benéficos.
De hecho, muchos de los ventajosos efectos del hatha
yoga pueden ser explicados atribuyéndolos, probablemente, según los casos, a
las siguientes causas básicas:
a) Mayor
oxigenación de la sangre.
b) Mayor
eliminación de toxinas.
c) Una
más intensa irrigación sanguínea a los órganos y tejidos.
d) Una
estimulación mayor de las glándulas excretoras o secretoras.
e) Un
masaje indirecto de las vísceras internas.
Todos los
hechos mencionados suceden con la adopción de determinadas posturas
Corporales (asanas) o de la
práctica de ciertos modos de respiración (pranayama).
Son múltiples y variados los efectos benéficos de la
práctica del hatha yoga. En este sentido conviene enfocar los de orden físico y
psíquico.
Desde un punto de vista físico o somático pueden
citarse los siguientes resultados:
a) Potencia
las energías del organismo.
b) Desintoxica
los tejidos.
c) Relaja
el sistema neuromuscular.
d) Confiere
mayor activación a los diferentes sentidos.
e) Tonifica
las funciones glandulares.
f) Refuerza
un estado de equilibrio –ésta circunstancia es de gran interés.
Las
técnicas del yoga permiten alcanzar o recuperar el equilibrio natural del
cuerpo. Un
estado de equilibrio facilita
el desenvolvimiento de todas las
funciones vitales de los órganos internos y estimula armónicamente las
actividades fisiológicas, en cuanto que un equilibrio inestable o imperfecto,
que acostumbra a aparecer como consecuencia de los hábitos y exigencias
antinaturales de la vida moderna, constituye un obstáculo y perturba las
referidas funciones o actividades.
Desde el punto de vista psíquico o mental pueden ser
mencionados los siguientes efectos:
a) Desprendimientos
de las pasiones.
b) Dominio
de los impulsos.
c) Dilatación
del espíritu.
d) Control
de los pensamientos y de las emociones.
e) Desarrollo
particular de la fuerza de voluntad, del autocontrol, de la memoria, de la
capacidad de reflexión y de concentración.
f) Favorece
la actividad mental.
g) Aumenta
los poderes intelectuales.
h) Proporciona
serenidad, confianza, optimismo y paz interior.
Si se suman los dos grupos de efectos benéficos
citados por el doctor Aldo, podemos afirmar que la práctica del hatha-yoga:
1. Proporciona
salud, fuerza y bienestar psicofísico.
2. Permite
evitar la dispersión de las energías.
3. Favorece
el rejuvenecimiento material de los tejidos orgánicos.
4. Elimina
la tensión nerviosa.
5. Proporciona
un dominio de los sentidos en beneficio de la mente.
6. Facilita
las funciones del cuerpo y la actividad.
7. Ayuda,
finalmente, a vivir en profundo acuerdo y sintonía con la naturaleza.
Conviene
indicar que los variados ejercicios de hatha yoga no sólo son útiles para
finalidades higiénicas (físicas o psíquicas), funcionales o eutéticas –es
decir, para la conservación de la salud, obtención del equilibrio y
prolongación de la juventud- sino que también pueden ser usados con fines
terapéuticos, o sea, para eliminar
trastornos y combatir afecciones o predisposiciones mórbidas (desde la ansiedad
a las disfonías neurovegetativas, desde la mala digestión a la constipación,
del insomnio a las desviaciones de la columna vertebral, etc.).
De esta
manera surge aquella recomendación
fundamental: “La práctica del hatha yoga es aconsejable para las personas
saludables, a fin de conservar su salud y defenderse de las dolencias, y para
las personas enfermas, a fin de curar sus enfermedades.”
El doctor
Aldo Saponaro señala que una práctica seria y constante del hatha yoga confiere
todos los beneficios anteriormente mencionados y se muestra ventajosa para
todos: mejora siempre la intuición del científico, la inspiración del artista,
la capacidad de aprendizaje y la memoria del estudioso, el rendimiento de
trabajo de los trabajadores, los resultados de los deportistas, el atractivo de
la mujer y las cualidades sociales del hombre mundano. En resumen, aumenta las
posibilidades de éxito en la vida.
No podemos dejar de mencionar que la
práctica del hatha-yoga constituye un método terapéutico psicosomático de
notable valor una vez que:
a) Tiende
a obtener la recuperación del equilibrio psicofísico del individuo.
b) Procura
imbuir en el paciente serenidad, confianza, optimismo, control de las
emociones, paz interior.
c) Representa
para el hombre embotado por la vida agitada e irracional de la civilización
actual una especie de antídoto de las neurosis y de la deshumanización producida
por la creciente mecanización.
Por eso, desde luego, podemos afirmar que los resultados conseguidos
con el hatha yoga en las dolencias psicosomáticas son notables. Desde las
primeras semanas de práctica, el paciente experimenta una nueva sensación de
bienestar, de recuperación orgánica, psíquica y mental y una disminución de los
trastornos físicos de la enfermedad.
Además de todo ello, el hatha-yoga es provechoso en el tratamiento de
muchos otros trastornos o afecciones de carácter orgánico, en los cuales puede
ser aplicado solo o asociado a los medios terapéuticos habituales de la
medicina tradicional.
Se impone todavía una salvedad: la práctica del hatha-yoga no significa
una especie de panacea que cura todo, pero, sin duda, sus ejercicios sirven
para corregir, modificar, atenuar o eliminar determinadas condiciones
estructurales, funcionales o bioquímicas que constituyen la base de dichos
trastornos –de otro modo, polimorfos, múltiples-, siendo así útiles en mayor o
menor escala para combatirlos. Pueden, por tanto, ser asociados a los
tratamientos médicos instaurados en cada caso, potenciando los efectos y favoreciendo
o acelerando la curación. En estos casos –es una recomendación básica-, la
selección de los ejercicios deben ser realizada a través de la colaboración
entre médico y profesor de yoga.
Sabemos que cada postura o asana actúa según un mecanismo específicio
con el tipo de posición adoptada.
En el estudio de cada asana es indispensable señalar los efectos
somático-mentales y las respectivas aplicaciones terapéuticas.
De un modo general es lícito afirmar que las posiciones del hatha-yoga
pueden:
a) Mejorar
cuantitativa y cualitativamente la circulación sanguínea en el cerebro.
b) Determinar
una mayor afluencia de sangre en un órgano determinado.
c) Favorecer
la eliminación de toxinas del organismo.
d) Acelerar
el metabolismo de los tejidos.
e) Favorecer
la absorción y la eliminación de sustancias vitales.
f) Estimular
ciertas secreciones glandulares.
g) Provocar
indirectamente un masaje del corazón y de otras vísceras internas.
h) Estimular
ciertas terminaciones nerviosas y, consecuentemente, determinadas funciones.
i)
Provocar desplazamientos de la masa sanguínea en
la circulación.
Es evidente que no podemos, en este ensayo, citar los beneficios y las
indicaciones de cada asana o de los diversos pranayamas, dado que significaría escribir
un “Manual de tratamiento” de las posturas del hatha-yoga. Este tema está bien
analizado en el excelente libro Sanos y
jóvenes con el Yoga del competente médico y profesor de yoga doctor Aldo
Saponaro.
En el V Congreso Internacional de Profesores de Yoga, celebrado en
Panchgani, India, el ilustre doctor Narain Varandani M.R.D.S. presentó su
último trabajo sobre Yoga Chitkitsa –Yogoterapia-, el cual fue divulgado en una
monografía publicada por la Academia Brasileña de Yoga (Río, Brasil).
Es innegable que se puede atribuir al yoga un valioso papel en la
prevención de dolencias y en el mantenimiento y perfección de la salud, así
como en la convalecencia y rehabilitación de los pacientes. El hatha-yoga, como
ha sido comprobado científicamente, puede, también, ser una herramienta útil en
las manos de los médicos no ortodoxos, en lo que respecta a varias dolencias
crónicas en las que la medicina moderna no consigue dar una respuesta
definitiva.
Recordemos que entre las múltiples aplicaciones terapéuticas del yoga,
Benson (1969) estudió su efecto el uso de drogas y constató que la práctica del
yoga disminuye mucho el uso de aquellas psicoactivas, tales como marihuana,
LSD, heroína, barbitúricos y benzedrina, y esto porque el yoga, perfeccionando
el control interno, disminuye la ansiedad, fortalece la salud mental y el
bienestar y, por tanto, elimina el deseo de alucinógenos.
En el Centro de Investigación y Entrenamiento de Yoga de Jaipur se han
estudiado principalmente tres dolencias crónicas: diabetes, asma bronquítico y
perturbaciones gastro-intestinales crónicas.
Los procedimientos de yoga usados con fines terapéuticos son de cuatro
grupos:
1. Shatkarmas: procedimientos de
purificación.
2. Sukshyama vyayana: ejercicios
psicofísicos, simples, suaves.
3. Asanas y mudras: posturas especiales
del cuerpo.
4. Pranayama: regulación de la respiración
y de la energía cósmica.
El doctor Narain Varandani asegura que los resultados alentadores
obtenidos por yogoterapia en el Centro de Jaipur (India), así como en otros,
sugieren que el yoga puede, considerando aquellas tres dolencias crónicas
anteriores mencionadas, permitir:
a) Al
diabético, llevar una vida más normal.
b) Al
asmático, un invierno respirando libremente.
c) Al
paciente de colitis crónica y otras perturbaciones gastrointestinales, sentir
alivio en estas perturbaciones.
Por otra parte, dice que la práctica del hatha-yoga muestra su valor en
otras dolencias crónicas: hipertensión o hipotensión crónica, dolencias
coronarias, rinitis vasomotora o alérgica, dolencias ginecológicas, neurosis,
psicosis y otras perturbaciones psicosomáticas.
En estas consideraciones
nuestras sobre las indicaciones terapéuticas del Yoga debemos todavía citar la
importante contribución del profesor Hermógenes de Andrae, en especial para los
diversos desórdenes nerviosos que encuentran alivio o eventual cura con la
adopción de una serie de ejercicios adecuados, como los sedantes o los
excitantes. La conocida obra “Yoga para nerviosos”, del citado profesor, es
digna de ser leída y abordada, de manera particular la aplicación del yoga a
personas con múltiples desórdenes nerviosos o psicosomáticos, sustituyéndose
las drogas y los “remedios" por las posturas o asanas bien escogidas,
dosificadas y con innegables resultados. El libro del profesor Hermógenes
presenta una grande y valiosa contribución para la hoy denominada y aceptada “yogoterapia”.
Mediante los múltiples estudios, las importantes pesquisas
científicas y los diversos beneficios conseguidos por la práctica del
hatha-yoga como recurso coadyuvante en una enorme variedad de dolencias –físicas
y mentales- es lícito esperar que, en breve tiempo, aparezca una verdadera
enciclopedia médica yóguica, con sus indicaciones terapéuticas específicas, útiles,
con base médica y fisiológica indudable, sirviendo de modo honesto y ventajoso
para la profilaxis y también para la cura o mejora de una legión de pacientes y
enfermos que existen en el mundo.
Dr. Alberto Lohman
(Médico psiquiatra e
instructor de yoga)
TOMO 2, colección
fascículos YOGA (Ramiro Calle)
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