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lunes, 31 de octubre de 2011

LA MENTE (Fábrica de dolor o de bienestar)



                El Radja-yoga es el yoga mental por excelencia, aquella modalidad yóguica que con sus técnicas psicomentales trabaja para lograr el desarrollo, control, perfeccionamiento y conquista de la mente. El yogui sabe que la mente es una energía poderosa que, según sea utilizada, te libera o te esclaviza. La mente puede ser amigo o enemigo, depende que sea poseída o posea. Es para no pocas personas su mayor problema, un grave obstáculo en el progreso interior. De la misma manera que la electricidad puede proporcionarte luz y calor o electrocutarte, así la mente puede proporcionarte felicidad o dolor. La gran mayoría de las personas no disponen de su mente, sino que su mente dispone de ellas; no piensan sino que son pensadas por sus pensamientos. Los pensamientos, desordenados y fuera de todo control, se convierten en una especie de tela de araña que enreda y condiciona al individuo. Un pensamiento tal es, como dicen los grandes sabios de la India, el ladrón de la felicidad.
                La mente es el sexto sentido para el yoga, un órgano capaz de percibir, conocer, analizar, intuir. En la mente se encuentran la memoria, la imaginación, la atención y el discernimiento. Pero la mente es una de las cosas misteriosas de este mundo. Es como un mono salvaje y ebrio o, como dicen los textos sagrados de la India, como un elefante enloquecido. El ser humano ordinario tiene una mente confusa y ofuscada, cuyas funciones no trabajan armónica ni penetrantemente. Una mente tal sólo produce una visión adulterada de la vida y de uno mismo, fricciones de todo tipo, malestar y neurosis.
                 El yogui aprende a conocer, indagar y controlar su mente. No hay control mayor ni más necesario para la salud psíquica y espiritual. Este control es consciente, lúcido, metódico y perseverante. Una y otra vez el yogui se empeña en poner su mente bajo el yugo de su voluntad. Se ejercita para intensificar la atención mental, cultivar controladamente la imaginación, refrenar la memoria negativa y purificar el discernimiento.
                El Radja-yoga dispone de numerosas técnicas de persuasión psicomental para conducir al individuo al más genuino de sí mismo y facilitarle la conquista interior. Estas técnicas podrían clasificarse en algunos grandes grupos:

1.       Concentración: Consiste en la fijación de la mente en un solo soporte con absoluta exclusión de todo lo demás.
2.       Meditación: Representa la aproximación mental, emocional y vivencial al soporte de la meditación.
3.       Visualización: Es el cultivo y desarrollo de las energías de la mente mediante la visualización de determinadas imágenes positivas a tal fin.
4.       Autoindagación: Procedimientos para averiguar la propia naturaleza y hallar lo más genuino de uno mismo.

        En los siguiente trabajos iremos extendiéndonos sobre estos grandes grupos de técnicas y sus numerosos ejercicios. Todos ellos pretenden el perfeccionamiento del centro mental, el autoconocimiento, el mejorar las relaciones con uno mismo y con los demás el firme equilibrio interior.

Concentración en un color.

                Existe un ejercicio de concentración muy simple, pero que es excelente para comprobar hasta qué punto nuestra mente es rebelde y para comenzar a ejercitarnos en el control de todas sus energías.
                Siéntese tranquilamente, pause su respiración y relaje su cuerpo tanto como le sea posible. Durante unos minutos debe abstraerse de todo lo que no sea el ejercicio en sí mismo. Seleccione el color de su preferencia, aquel que por lo común le resulte el más agradable. Trate de mantenerlo en la mente con toda la fidelidad posible. Una y otra vez la mente  tratará de burlar su vigilancia y pensar en otras coas, pero usted, implacablemente, debe agarrar su mente y dirigirla sobre el color seleccionado. Insista en la práctica, sin crear tensión, sin desfallecer, muy atento y perceptivo. La mente es como un elefante furioso que poco apoco hay que ir amaestrando. La mente, como dicen los  yoguis, es como un mono travieso y ebrio que hay que ir poco a poco reeducando. Durante diez o quince minutos persevere en este ejercicio. No importa que la mente huya innumerables veces si usted, tantas otras, la hace retomar al color seleccionado.  


TOMO I
Colección   de fascículos  de Yoga
Ramiro Calle
              

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